No hay más que jueces de saldo que juzgan y devoran a sus criaturas sin saciarse nunca ni arrepentirse jamás. No hay disculpas ni perdones.
Tan antigua como el mundo, la difamación, la maledicencia encumbró y derrocó gobiernos y reinados, arrastró a las masas a ejecutar con sangre y fuego, levantó ídolos que luego destruyó. Una lacra que tarde o temprano todos terminamos por sufrir y a la que a veces, aún inconscientemente, ayudamos a crecer.
Buscando la huella de la infamia en la Historia, hemos encontrado el excelente post y blog de Anaclet Pons , Clionauta, sobre El arte de la infamia, desde Luis XIV a Napoleón, de Robert Darnton, publicado por Penn Press en Estados Unidos. Una viva reflexión sobre el recrudecimiento de la infamia y su decisivo papel como arma política durante la Revolución Francesa. Una reflexión que, tal y como plantean el autor y Pons, nos lleva a pensar en el paralelismo existente entre los líbelos de los siglos XVIII y los actuales blogs, considerando aquellos la prehistoria de éstos. El aparente anonimato de los nicks y la facilidad con la que se puede abrir y gestionar un blog favorecen y sustituyen a los antiguos pasquines y líbelos.
A la pregunta sobre si los blogs están irrumpiendo en la política tradicional del modo en que lo hicieron los líbelos en el XVIII, la respuesta es un sí categórico. Como género o subgénero periodístico, de mayor o menor renombre en las firmas, los blogs son algo más que el cotilleo y el ataque indiscriminado al famoseo- blogs que en el fondo sólo buscan visitas masivas y una eficaz monetarización. Muchos blogs recogen el pulso político y cultural de un país, de un continente, de un mundo que trata de reinventarse no ya tanto con el rostro de la tecnología, sino en el más humano rostro de la palabra.
Imagen: http://fotofrontera.com/
A la pregunta sobre si los blogs están irrumpiendo en la política tradicional del modo en que lo hicieron los líbelos en el XVIII, la respuesta es un sí categórico. Como género o subgénero periodístico, de mayor o menor renombre en las firmas, los blogs son algo más que el cotilleo y el ataque indiscriminado al famoseo- blogs que en el fondo sólo buscan visitas masivas y una eficaz monetarización. Muchos blogs recogen el pulso político y cultural de un país, de un continente, de un mundo que trata de reinventarse no ya tanto con el rostro de la tecnología, sino en el más humano rostro de la palabra.
Imagen: http://fotofrontera.com/
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