"EBRO, 1938". ENTREVISTA CON RUBÉN GARCÍA CEBOLLERO, ESCRITOR Y POETA


Hoy contamos con la ocasión de tener en nuestro blog a un joven novelista y poeta, Rubén García Cebollero, que presenta el próximo día 16 de Octubre su novela "Ebro, 1938. La batalla de la Tierra Alta". La presentacón tendrá lugar en Barcelona, en la Librería Bertrand, Rambla de Cataluña, 37, a las 7 y media de la tarde. Antes de la presentación de su libro Rubén ha tenido la deferencia de contestar a nuestro cuestionario. Esperamos que os animéis a leer su obra y, si es os posible, acercaros a la presentación de su libro.


LBA: En un momento como el que vivimos, carente de valores y con el panorama de una crisis económica mundial, ¿estamos más necesitados que nunca de la palabra?, ¿es urgente recuperar la sensibilidad hacia las artes y las letras ?

RGC: Siempre necesitamos las palabras. Nos ayudan a comprender tanto como los gestos, o a expresar nuestra incompresión. Creo que hay mucha gente sensible a las artes y a las letras, y que la crisis no es sólo económica, sino de valores. No sé si tenemos la clase política que nos merecemos, pero está claro que no podemos creer que “todo es culpa del gobierno” o “de los gobiernos”. La literatura debe ayudarnos a encauzar nuestro sentido crítico, y a comprender que más allá de cualquier interés nunca debemos bajar los brazos, no podemos abandonarnos a la pereza, y no podemos esperar que todo sea gratuito.

LBA: Vas a presentar tu novela “Ebro, 1938” el 16 de Octubre en Barcelona. Estamos en un buen momento para la novela histórica y los historiadores agradecen que se esté haciendo llegar al gran público acontecimientos importantes de la Historia de España. El trabajo del historiador es silencioso y sus frutos llegan a un público muy reducido, se necesita que la Historia se novelice, se haga poesía, ¿Por qué has apostado tú por la Historia como inspiración?, ¿también necesita el escritor al historiador?

RGC: La etiqueta de “novela histórica” ha enfrentado siempre a dos formas de comprender tanto la historia como la novela. Aposté en 1998 por algo más que explicar la historia, por rescatar la humanidad que se perdía, por hacer un esfuerzo que mostrara que no existen los buenos y los malos, que las circunstancias deciden más que los ideales, las teorías y las prácticas, y en ese sentido no sabría distinguir si era escritor, o era historiador, pues el narrador que hila EBRO 1938 busca ir más allá de las estadísticas, los números y los nombres.

LBA: Los políticos y los medios de comunicación tienden a desvirtuar las palabras, a hacerlas vanas de tanto repetirlas y demonizarlas. Algo así ha ocurrido con el término “memoria histórica”. Para los historiadores, reconstruir la memoria histórica de un momento tan dramático como la Guerra civil española constituye un duro ejercicio de investigación, de análisis, de síntesis,…, de enfrentarse y encarar prejuicios y miedos propios y ajenos. ¿Ha sido difícil para tí este trabajo de recuperar la memoria de la batalla del Ebro?, ¿qué te llevó a ello?

RGC: Tengo un ensayo titulado “¿Por qué no creo en los políticos?” que no sé si nunca se publicará, pero estoy seguro que mucha gente se identificaría con él. La política pervierte el lenguaje o, mejor dicho, algunas formas de hacer política y de transmitir mensajes políticos. Sin duda, es duro encontrarte ante la memoria viva, y muerta, de una batalla. Uno de los instantes que recuerdo con mayor viveza es aquel en que empezó a llorar la persona con cuyo epílogo, testimonio, se cierra la novela. Por desgracia, ya fallecida. A mí me había llevado lo que me contaba mi padre del bisabuelo, que no podían fumar en las trincheras, de noche, porque la luz del cigarrillo podía costarles la vida. Detrás de aquel odio debía haber una historia que apostara por la vida, por las personas y por un recuerdo que supera tanta estupidez.

LBA: Analicemos el acontecimiento, en los cuatro meses que duró la batalla del Ebro murieron por los bandos 17.000 personas, hubo 75.000 heridos y se derribaron 120 aviones y supuso una derrota tanto física como moral del bando republicano. Fue, como toda la Guerra Civil, el antecedente inmediato de la II Guerra Mundial. Tras escribir la novela, ¿qué episodio o aspecto de la batalla de la Tierra Alta te impactó más?

RGC: Sí, quizá las cifras sean aún mayores. Creo que todos los episodios que convertí en capítulos tenían algo impactante, ya fueran por la batalla misma o por el momento histórico que reflejaban, en el caso de Munich o de la despedida de las brigadas internacionales. Tal vez, Pandols, Cavalls o la lucha en Punta Targa las tenga más presentes, pero todo impactaba: de Fayón a Amposta, pasando por Flix, Miravet, Corbera, puesto que la paradoja implica vivir la destrucción en unas tierras hermosas, tanto por sus gentes como por sus paisajes.

LBA: Considero que tu libro es muy interesante como recurso didáctico para cualquier profesor de Historia de secundaria, ¿qué les dirías tú a esos jóvenes estudiantes para que se detuviesen a leer tu novela?

RGC: Que si quieren leerla, que la lean. Que lo hagan para disfrutar la lectura, y no por una obligación. Que imaginen una fotografía de sus amigos, de los más íntimos, y después imaginen que van a una guerra donde los pierden a todos, o que pierden a la chica que les gusta, a la mujer, al hijo, y que EBRO 1938 es algo más que historia, y que les llevará a la batalla del Ebro, pero también al pacto de munich, al exilio y a la retaguardia, y quizá les ayude a comprender porqué hay quien nunca se rinde, que sólo se vive el tiempo que se ama, y que uno nunca sabe su precio hasta que se lo aciertan.

LBA: Tras “Ebro, 1938” ¿Qué proyectos tienes en mente?, ¿novela o poesía?
RGC: Uf, he escrito más de 50 libros de poesía, y es inevitable que esté escribiendo uno para relajarme del esfuerzo que implica la novela. En unos meses publico la primera novela de una trilogía medieval, una epopeya de los almogávares, de la que estoy revisando la segunda parte y espero acabar en 2010 la tercera. Tengo bastantes proyectos escritos, o por escribir, en el cajón y creo que es algo natural, pues cuanto más reposan más sentido obtienen.

LBA: Con las nuevas tecnologías ¿es más fácil para el escritor difundir su obra literaria?

RGC: Tal vez sea más fácil, pero siempre es difícil. A mí me encanta conocer a los/las lectores/as, y saber qué impresión causa lo que escribo, lo que cuento o lo que descubro, y eso sí lo facilitan las nuevas tecnologías. Sin embargo, hay tantas obras literarias y tanta publicidad que acabamos todos por sentirnos saturados. Y además no siempre es fácil encontrar aquello que nos gusta. Lo que me cansa es leer la cantidad de “grandes novelas y obras maestras” que aparecen como setas, de temporada, para después decepcionarnos. La difusión de las obras literarias debería ser respetuosa con la tranquilidad de los/las lectores/as, pues creo que no hay mejor que el boca-oreja, o el criterio de cada cual cuando hojea el libro. Por eso de vez en cuando escribo reseñas, y opino de libros, con total independencia. No a todos/as tiene porqué gustarnos lo mismo. La literatura no la entiendo como un negocio, sino como un ejercicio de comunicación y conocimiento, un pacto con quien me lee para no hacerle perder el tiempo, ni darle “paja” y “palabras vacías” que le entretengan y lo dejen igual. Cuando escribo necesito saber que puedo “sacudirte”, que voy a cambiar algo, o que al menos lo intentaré.

LBA: Por último, ¿con cuál de tus poesías te gustaría que te recordásemos?

RGC: Si alguien tiene que recordarme, me gustaría que lo hiciera con su propia elección. Cada poesía que he escrito pueda que tenga algo para los demás, que ni para mí tenía, pero lo que sí me gustaría es morirme habiendo reducido todos mis libros a uno solo, lo más breve posible.
 
 
Nosotros elegimos el siguiente poema de su "Poemario Collage".
 
Hay personas que son como castillos  
y no lo son por ser inexpugnables
lo son porque su corazón es siempre grande,
generoso y sólido, aunque haya quien no sepa
valorarlas. Lo son porque hay detalles
que dejan en el mundo como huellas de arena
que uno va agradeciendo al acercarse
a las cáscaras de los calendarios consumidos.
Son personas enormes y falta gratitud
para que sea posible compensar los dones
que nos dan, la fortuna interior que nos ofrecen
si logramos mirar tras las murallas.
Y cuando pienso en ti, desde este sur
de letras, igual que picotean los gorriones
los trocitos de pan de la nostalgia, me parecen
pocas, siempre pocas, todas las gracias dadas.
Porque detrás de todos los castillos aparece
una radiografía del alma que nos lleva
hacia la luz fraterna en las almenas
como el sol que deshace la más áspera nieve.
 


No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails

HEMEROTECAS y BIBLIOTECAS DIGITALES

HEMEROTECAS y BIBLIOTECAS DIGITALES
Biblioteca Nacional España

Biblioteca Virtual Prensa Histórica

Otras hemerotecas locales e institucionales

Red de bibliotecas de Museos (BIMUS)

HEMEROTECA CIENTÍFICA. MÉXICO