EL PRISMA DEL HUMOR: ALLEGRO MA NON TROPPO, DE CARLO M. CIPOLLA

Me recomiendan leer Allegro ma non troppo de Cipolla, una obra que conocía. Acostumbrada a enfrentarme con los sesudos tomos de historia económica de Cipolla no había reparado nunca en este divertimento del fantástico historiador. Una obra sútil y ligera, hecha para la reflexión de todos los historiadores. Cipolla recrea con un fino sentido del humor los peligros de hacer historia basándose sólo en los aspectos más llamativos y externos. La Historia se teje y entreteje en los hilos de multitud de factores socioculturales, que no pueden maquillarse con la frivolidad a fin de vender y popularizar los trabajos científicos. La Historia no se vende, se vive, se recrea, se recoge su pálpito en los corazones de vida cotidiana, se coteja y pone tras el telón de multitud de variables, de factores sociales, económicos, políticos, culturales y entonces, sólo entonces, el científico puede sentarse a escribir conclusiones.

En El papel de las especias, el primer ensayo del libro, Cipolla hace un humorísitico repaso a las distintas, y a menudo peregrinas, explicaciones dadas por algunos historiadores sobre el desarrollo económico europeo durante  la Edad Media: desde hacer recaer la caída del Imperio Romano en los efectos del plomo en la salud de los terratenientes tardorromanos a reducir la evolución económica del medievo a páginas y páginas de anotaciones algebraicas.

En el segundo, Las leyes fundamentales de la estupidez humana, Cipolla subraya un factor importante y poco tenido encuenta a la hora de estudiar la Historia: la estupidez humana.
Tanto en este ensayo como en el anterior, Cipolla nos demuestra su gran conocimiento de la naturaleza humana, su enorme capacidad de síntesis y un humorismo inteligente. Una forma de ser que nos desvela no sólo a un gran historiador sino también a un gran ser humano.